El tomillo es un remedio con acción antiespasmódica, expectorante, antiséptica y balsámica.
Si queremos aprovechar al máximo sus propiedades deberemos utilizar las sumidades aéreas desecadas de Thymus vulgaris. En su composición química destacan los fenoles volátiles (timol, carvacrol)
Tos improductiva o seca:
El tomillo presenta actividad espasmolítica en las vías respiratorias y ejerce un efecto relajante del músculo liso bronquial que justifica su uso como antitusivo. La acción antiespasmódica se debe al timol y al carvacrol, que se cree tienen la capacidad de inhibir la disponibilidad del calcio, con lo que podrían bloquear la conducción nerviosa. Por otro lado, se ha comprobado que la acción de los flavonoides derivados del luteolol potencia la acción espasmolítica de los fenoles, actuando sobre todo en la tráquea.
Tos productiva:
El tomillo presenta además una actividad expectorante, gracias a que su aceite esencial aumenta la actividad de los cilios bronquiales, a la vez que por un efecto irritante aumenta la producción de secreción bronquioalveolar. Esto causa una fluidificación de las secreciones bronquiales y favorece su eliminación.
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