29/10/2010
La obtención de datos sobre la alimentación del primitivo habitante de O Courel ha sido posible gracias al análisis isotópico del colágeno de los huesos, una técnica en la que el Instituto Parga Pondal fue pionero en España y que ha sido aplicada por la paleontóloga Aurora Grandal. De acuerdo con dicho análisis, las proteínas de origen animal estuvieron prácticamente ausentes de la dieta de este individuo.
Aunque los grupos humanos del Mesolítico no conocían la agricultura -que se desarrollaría en el Neolítico-y seguían siendo sociedades de cazadores-recolectores como en el Paleolítico, parece que las dietas a base de vegetales no fueron algo excepcional en esa etapa. Un caso similar al de O Courel se registró en el yacimiento mesolítico de Aizpea, en Navarra, donde fue encontrado el esqueleto de una mujer que, según los análisis isotópicos, también se alimentó principalmente de plantas. En otros yacimientos de ese período se han hallado indicios de un consumo muy importante de vegetales y del uso de técnicas de preparación de diversos frutos silvestres -entre ellos, las manzanas- para conservarlos durante períodos prolongados.
La Voz de Galicia