domingo, 2 de enero de 2011

Preparar un candil neolítico

Se tiene conocimiento de los primeros candiles o lámparas desde época neolítica en Oriente medio y lejano, aunque todavía hay esquimales en Norte-América que usan este tipo de iluminación. Esto quiere decir que también usaban aceites ya desde ésta época. El aceite vegetal es el combustible principal con el que alimentaremos nuestro candil (vale cualquier aceite vegetal: girasol, semillas, oliva y otros frutos oleaginosos). También necesitaremos hierba candilera (Phlomis lychnitis) que se encuentra en matorrales y claros de bosquinas mediterráneas.

El material básico para hacer el candil es barro. Dependiendo de nuestra destreza podemos elaborar una pieza más o menos desarrollado, pero lo importante es que las paredes tengan sobre 1 cm. de grosor por todas partes (algo más si cabe en la base). Hay modelos simples como el de la derecha o más elaborados como el de la izquierda. El asa se ha de moldear en el extremo opuesto al orificio de la  mecha.


Estos dos candiles antiguos han perdido el asa


Podemos cubrir por completo el candil con barro dejando dos orificios: uno más grande para introducir el aceite y otro pequeño para embutir la mecha y que no se deslize hacia abajo. La cuestión es que el orifico de la mecha no quede mucho más alto que el del aceite, es decir:

 LA HIERBA CANDILERA:
 Una vez cocido o semi-cocido el candil en fuego, podemos preparar ya la mecha. Phlomys lychnitis es la hierba más apropiada para este uso, y de allí viene su nombre (Hierba candilera). Sus hojas son como las de salvia, de hecho son de la misma familia. La textura y la composición de ambas hojas es muy apta para su uso como mecha, pero las de Phlomis lychnitis alcanzan una largura perfecta, necesaria para este uso. Es importante empapar bien la hoja en aceite antes de usarla. Se dispone por el orificio de la mecha enrollada y se rellana con aceite la lámpara. Ya es hora de prender el fuego.

Hierba candilera

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